Las plazas están repletas de carteles de "PROHIBIDO JUGAR", no se puede correr por las áreas peatonales y las pocas aceras de que disponíamos en las que la estancia era viable han sido transformadas en terrazas donde no poder estar si no se consume.
Lo más curioso es que, al mismo tiempo que sabemos que aquellas familias que permiten jugar a sus niños y niñas en la calle se sienten más conectados a sus vecinos y vecinas —un tipo de resiliencia que ha caracterizado los asentamientos humanos desde nuestros primeros intentos por convivir colaborando— estamos creando sociedades individualistas y completamente fraccionadas.
Imagen de @AxuriBeltza
@AVU_Osoro @euklidiadas @AxuriBeltza Yo Ya les he explicado a varios vecinos rancios que con esas placas me limpio el culo. Y me ha pasado con ambos hijos. La cosa no mejora. Con el segundo mandaron venir a los municipales. 😂😂😂
Hay mucha gente que no capta lo de "espacio publico".