Estoy en un problema del que no sé salir.
Hace muchos años cogí la costumbre de tener mi rato de lectura antes de empezar a trabajar, tomando un café en el bar. Esto a la gente le hace mucha gracia, me suelen preguntar por lo que leo, me dicen cosas como "una vez me regalaron un libro y me lo leí", me lanzan alabanzas y demás comentarios que me hacen sentir un mono en el zoo pero que llevo con gracia.
Continúa...
Hace un tiempo comenzó a interesarse por mí la hermana del camarero, que siempre se sienta a mi lado en la barra. Nada sexual, sólo que se interesa en serio por lo que leo, a veces me pregunta opiniones, me pide algún préstamo, que no permito, y me pide opinión de lo que ella lee.
Yo suelo hacerme una lista de lectura anual, compro todo lo que quiero leer a principios de año y luego voy añadiendo títulos inesperados de ferias o mercadillos. Casi todo son ensayos de política y novelas sencillas.
Las novelas las uso para entre ensayos, descargar la mente. Casi siempre Stephen King o clásicos. Acabo de caer que también hay mucho clásico español.
La chica suele leer best Seller estilo Julia Navarro, Dolores Redondo y demás novela ultraligera para mujeres.
Hace poco la mujer se empeñó en que tenía que prestarme un libro. Intenté esquivarla pero acabé aceptando por educación y ahora me lo estoy leyendo. Es uno de Julia Navarro.
El libro es una mierda de 700 páginas. Va de la Inquisición, la segunda guerra mundial, el conflicto judeopalestino, mete al vaticano, sociedades secretas, templarios, el santo grial, todo ahí enmarañado sin que haya casi nada bueno que sacar. Encima ahora habla de terrorismo islámico y deja caer comentarios racistas muy peligrosos.
Hoy la chica ha venido y me ha preguntado por el libro. Le he dicho un "está bien" con media sonrisa por educación.
@Amorfozodo Situacion interesante. Creo que valdria la pena dejar la ironia, y pararla con un vago "no me va ese tipo de libros", repetido todas y cada una de las veces que te ofrezca algo que no te interesa. O cambiar de bar. 😉